sábado, 28 de febrero de 2009

místicos rematando de cabeza

Ha sido una noche extraña. No ha venido casi nadie al cabaret, pero no ha estado mal. He empezado Herzog, de Saul Bellow, pero el entretenimiento principal de la noche (entretenimiento friky postmoderno, podríamos llamarlo) ha sido convertir en haikus fragmentos sueltos del libro de reflexiones de fray Luis de León. Esto va en serio. La normativa (por llamarlo de alguna manera) respecto a los haikus es variable, pero suele coincidir en: contener al menos una referencia al mundo natural, ser breves (preferiblemente tres versos), ser hechos o situaciones individuales transformables en un conocimiento genérico y ser enunciados en presente. Tía, para jugar a esto, don fray Luis es una mina. Un ejemplo:

El árbol si es cortado es poderoso

a renovarse en ramas y en verdura

más firme que primero y más hermoso



Sí señor, ahí estás, místico español, aquí me tienes, intelectual de la teología orientalizado a la contra, adelantado a tu tiempo, azote del consumismo ya en el XVI, haciendo haikus en las manos de otro cuatro siglos y pico después de muerto, campeón, devoto y místico, mi alabím, mi alabám, mi alabím bom bam, que no ganaste la liga porque no eras once, porque no eras once y porque no había liga, no se había inventado el fútbol aún que si no la ganas, la arrasas, "el ser bueno el hombre es caminar a lo alto y vivir como se vive en el cielo", regate a la derecha, "y un hombre, que es tierra y de suyo inclinado a la tierra", regate a la izquierda, "ser bueno, es ir al revés de lo que es", remate de cabeza, "y venciendo su natural, volar lo pesado a lo alto", golazo de fray de Luis de León, catedrático de musical de Julie Andrews en la salamanca de otro siglo.

ya sabes